Brassiere

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Los Ig Nobel premian aquellos logros que primero hacen reír y después pensar. En 2009, la doctora Elena Bodnar junto con su equipo recibió el Ig Nobel en salud pública por patentar un sujetador que, en caso de emergencia, puede separarse y servir como máscara facial protectora.

Aquellos interesados en la patente pueden consultarla aquí.


Como se puede apreciar, el invento es bastante simple. No es más que un sujetador normal y corriente con un enganche en la parte delantera también, aunque es necesario mencionar que el sujetador está hecho de un tejido especial que actúa como filtro de gases y hace que no sea tan barato como uno normal, aunque su precio tampoco es exagerado. Es un invento totalmente funcional.

Una de las ventajas que tiene todo esto es que la portadora posee dos mascarillas y la inventora siempre bromea con que eso sirve para elegir a quién quieres que sobreviva contigo en caso de emergencia. Imaginad una pila de hombres rogándole a una mujer que les deje su sujetador, pegándose por ello y todo, en medio de un escape de gases en una fábrica.

Es habitual ver a la doctora Bodnar en las ceremonias de los Ig Nobel mostrando su invento y haciendo una demostración. Para ello se quita el sujetador en el escenario y se coloca una mascarilla a ella misma y otra a algún afortunado premio Nobel. Alguna vez se ha quitado más de un sujetador.


Ya es bien sabido que los Ig Nobel primero hacen reír. Vamos ahora a la parte de pensar.

La doctora Bodnar trabajaba como física nuclear en Ucrania cuando ocurrió el accidente de Chernobyl. Colaboró en las tareas de asistencia a los afectados y se involucró mucho a la hora de estudiar las consecuencias de la exposición radioactiva debida al accidente. Después de eso, ha colaborado con la Organización Mundial de la Salud en numerosos proyectos relacionados con el accidente de Chernobyl.

La visión que tuvo esta mujer a la hora de diseñar el invento fue que si mucha gente hubiera dispuesto de su sujetador/mascarilla entonces se podrían haber evitado cientos de miles de casos en el momento del accidente.

Basándose en que la población mundial se reparte aproximadamente 50/50 entre hombres y mujeres, el sueño de Elena Bodnar es que toda mujer lleve uno de sus sujetadores para garantizar la seguridad de todo el mundo.

Dejo esto con una frase relacionada con el tema para reflexionar:

Si parece estúpido, pero funciona,
quizás no sea tan estúpido.


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