Ojo por ojo

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Hoy en las noticias ha salido un hombre que lleva 17 años conduciendo una ambulancia y ayer le pasó lo que nunca le había pasado. Recibió un aviso para asistir a una señora mayor, dejó la ambulancia cerca de la puerta como ordena el protocolo, se metió a por la señora, y al salir vio que alguien le había robado la ambulancia.

No tardaron ni diez minutos en pillar al ladrón.
Inexplicable, pues una ambulancia es un vehículo fácilmente camuflable que no despierta sospechas y que además lleva incorporado un sistema de GPS para que otros vehículos de seguridad conozcan su posición en un caso de emergencia.

Al capturarlo, el hombre dijo que sólo necesitaba un vehículo para ir a la ciudad. Un hurra por él.


En otro orden de cosas, anoche aprendí cosas sobre la vieja Mesopotamia, y me llamó mucho la atención el sistema penal de Hammurabi. Estaba basado básicamente en el ojo por ojo, ¡literalmente!

Por ejemplo, si una persona te construía la casa, pero hacía una chapuza y la casa se caía encima de tu hijo, el castigo era que le cayera una casa al hijo del constructor.

Sí, puede sonar justo, pero es totalmente ilógico.
Es lo que tiene el ojo por ojo: ¡monóculos!



Coartada perfecta

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Esta observación la leí hace muchísimo en un libro del gran Bill Bryson en el que hablaba de Australia. Era una especie de guía turística, pero con su manera de contar las cosas.
Realmente sólo leí el primer capítulo del libro y contaba su primera impresión al viajar a Australia. Atención que es curioso.

La idea es que cogió un avión el 3 de enero por la tarde/noche en Los Angeles, California con destino Sydney, Australia. A pesar de que el vuelo no dura más que unas ocho horas, Bill llegó a Sydney la madrugada del 5 de enero.

¿Qué clase de magia negra es esa? ¿Qué ha pasado con el día 4? ¡Australia se lo ha robado! Oficialmente, Bill Bryson no tiene pruebas de haber existido el 4 de enero de ese año.

A partir de este suceso se me abre la imaginación para el juego temporal.
Al hacer la ruta inversa (Sydney, L.A) es posible "recuperar" tiempo. Por ejemplo, puedes atracar un banco en Sydney a primera hora de la mañana del día 13, pongamos, coger un avión a Los Ángeles después y llegar a tu destino la tarde del día 12. Oficialmente, aún quedará medio día hasta que robes el banco. Dedícate ahora a preparar bien tu coartada y que todos sepan que la mañana del 13 estabas haciendo algo completamente diferente, como donar sangre o llevar a tus hijos al colegio. Es más, ¿se atreverían a detenerte la noche del día 12 por los delitos que cometiste el día 13?

Pero bueno, no es la única vez que he visto este fenómeno. Woody Allen dice en "Todos dicen I love you" que un día cogerá un vuelo a París y se tirará de lo alto de la torre Eiffel. Entonces podrá hacer fechorías en Nueva York y estar muerto en Francia a la vez.

De hecho, últimamente vi la solución al problema de que el mundo se acabe el 21 de diciembre. Atentos los escépticos, este consejo os puede ser útil. No tienes más que ir al extremo izquierdo del planeta (efectivamente, si es redondo es imposible, pero se refiere a la parte izquierda del mapa) el día 20 de diciembre y esperar a las 23:59:59. Entonces saltas al otro lado y voilà, ya es 22 de diciembre. Te has saltado todo el fin del mundo.

En fin, otro día hablaré de por qué el mundo no se va a acabar ese día. De momento id organizando el atraco al banco nacional de Australia.


2012

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Cuando tenga nietos les pondré la peli 2012 y les diré que soy uno de los supervivientes.

Luego les diré que cuando tenía su edad conectarse a internet no era tan normal y me verán como un dinosaurio.


The Music Couple

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He aquí lo último que he creado:


Her father told her to stay away from musicians
He said they bring nothing but trouble
But then she met the singer of the group
And now they remain the music couple

Now they remain the music couple

Well she's the drummer in a band
And she got to go with the piano man
Now they play hand by hand
What a lovely music match

Now they remain the music couple

He asked her out with an awesome guitar riff
She answered him stroking her violin
Their love plays for them when the solo comes in
And people gets stunned of this couple's magic

Now they remain the music couple

Furlong

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Los siguientes datos y observaciones fueron testificados y demostrados durante el estudio de la asignatura Transferencia de Materia con la colaboración de Felipe Biosca.

El furlong es una unidad de medida de longitud que ha caído en desuso.
Originalmente se usaba para determinar el recorrido de una carrera de caballos que midiera menos de una milla. De hecho, ocho furlongs equivalen a una milla y un furlong son exactamente 201,168 metros en el fantástico y maravilloso Sistema Internacional.

Esto da rienda suelta a la imaginación. Puedes calcular velocidades en furlongs por hora, caudales en furlongs cúbicos por segundo, etc.

Pero hay otra unidad curiosa, el fortnight (reconocida por Mathcad). El fortnight es una unidad de tiempo y equivale a 14 días. A pesar de eso, en español se llama quincena (alguien demostraría en su día que 14 es igual a 15).

Aquí empieza el juego. Imagina que compras un caballo y te lo llevas a entrenar a tu pista de entrenamiento, que mide exactamente un furlong. Según Wikipedia la velocidad máxima a la que llega el caballo es de 70 kilómetros por hora. Si lo pasamos a furlongs por fortnight (los datos de las conversiones están arriba) se obtiene que en dos semanas tu caballo le puede dar 116917 vueltas a la pista yendo a velocidad constante.

Para saber si te han timado al venderte el caballo hace falta calcular su rendimiento. La manera más lógica (es irónico) de hacerlo es dividir el número de vueltas que le da a la pista en dos semanas entre el máximo de vueltas que podría dar (calculado antes). Ahora depende de cada uno el rendimiento que le quiera sacar a su caballo, pero yo creo que exigirle menos de un 60% sería perder el dinero. Entonces si tu caballo no llega a dar por lo menos 70151 vueltas en dos semanas ya puedes ir pensando en sacrificarlo.

Pero bueno, a lo mejor las carreras de caballos no son lo que te llaman y la ilusión de tu vida fue entrenar una morsa de carreras. Según Wikipedia las morsas alcanzan una velocidad de 24 kilómetros por hora. O lo que es lo mismo, 40086 furlongs por fortnight.

Y ya que te has gastado dinero en una pista de entrenamiento, ¿por qué no comprar también un caracol de carreras? Aquí Wikipedia da dos valores: el caracol normal de jardín llega a 0,05 kilómetros por hora, mientras que el caracol romano llega a 0,0058 kilómetros por hora (diez veces menos). Supongamos que vas a la tienda de animales a pedir un caracol de carreras y el dependiente te convence de que el caracol romano es más rápido porque es descendiente de caracoles que se usaban en carreras de cuádrigas en la antigua Roma.

Entonces tu caracol puede recorrer 9,687 furlongs en dos semanas.

Pongamos a competir a nuestras tres bestias pardas en nuestra pista de entrenamiento. Tenemos un caballo, una morsa y un caracol romano compitiendo por recorrer un furlong en el menor tiempo posible.
Conociendo la velocidad punta de cada uno y la distancia a recorrer se calcula el tiempo que van a tardar.
El caballo terminará la carrera en 10,346 segundos. No está mal, para algo era originalmente una carrera de caballos.
La morsa necesitaría 30,175 segundos en completar una vuelta. Bien, morsa. Has hecho lo que has podido.
¡Pero el caracol romano tardaría 124863 segundos en dar una vuelta! Eso son 34,684 horas, ¡casi un día y medio! Es más, en toda su vida, el caracol romano sólo le daría 631 vueltas a la pista, si es que no se muere antes de deshidratación por tener que correr sobre tierra. Menuda basura.

Si pones a todos a entrenar a la vez, en el tiempo que tarda el caracol en completar una vuelta el caballo ya ha dado 12069. Las probabilidades de que en una de estas el caballo no detecte al caracol y lo aplaste son altísimas (más aún considerando que el caballo puede empezar a cansarse después de más de un día corriendo a la velocidad máxima de su especie sin parar). La morsa no corre este peligro por ser más visible para el caballo (de hecho la morsa también podría no ver al caracol).

Concluyendo, no intentes comprar un caracol de carreras. No fueron diseñados para eso, aunque sean romanos.