Sacádicos

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Sí, habéis leído bien el título. Es "Sacádicos". No "Psicóticos" ni "Satánicos" mal escrito.

Los movimientos sacádicos se refieren al rápido movimiento que ejercen los ojos cuando pasan de mirar un punto a otro. En serio, son muy rápidos. Duran entre 20 y 200 milisegundos, o entre 0.02 y 0.2 segundos. Si no alcanzáis a entender la rapidez de eso coged un cronómetro e intentad pararlo en menos de 20 milisegundos. Y si estáis perros y no queréis buscar un cronómetro podéis probar aquí. Después de un buen rato, lo mínimo que he conseguido yo han sido 73 milisegundos.

Bien, pues lo curioso de estos movimientos es que cuando nuestros ojos se mueven se observa una imagen borrosa que se mueve muy rápido (tan rápido como se puedan mover nuestros ojos) que va desde la imagen del punto A que estábamos viendo hasta la del punto B, que es el que queremos ver ahora.

Supongamos un movimiento sacádico que dure 100 milisegundos. Si dibujamos una línea temporal del movimiento tendríamos a tiempo 0 la imagen del punto A, a los 20 milisegundos una imagen borrosa, a los 40 milisegundos otra imagen borrosa, etc... Así, hasta llegar a los 100 milisegundos, donde está la imagen del punto B.

El problema es que nuestro cerebro es incapaz de interpretar esas imágenes borrosas, así que lo que el sistema visual hace es eliminar esas imágenes borrosas y reemplazarlas por lo siguiente que vemos: el punto B.

De modo que la línea temporal queda de la siguiente manera: A tiempo 0 está la imagen del punto A y desde ahí hasta el tiempo final (en este caso 100 milisegundos) está la imagen del punto B.

Esto lleva a una ilusión óptica curiosa conocida como la "ilusión del reloj parado". Probablemente lo hayáis experimentado antes si habéis estado en una clase o en una sala de espera con un reloj de agujas. Estáis echando miradas todo el rato al reloj, impacientes para que llegue cierta hora, y vuestros ojos van y vienen al reloj. Y ahí es cuando ocurre. En cuanto miráis el reloj, ese primer segundo que marca la aguja cuando vuestros ojos la miran parece más largo que todos los demás segundos que vienen después.
Repetís el movimiento y da la impresión de que el tiempo se ha parado, cuando lo que realmente ha ocurrido es que vuestro cerebro ha reemplazado el tiempo que os ha costado mirar el reloj por la imagen de lo primero que veis, que es el reloj. Así que, aparentemente, la manecilla de los segundos tarda un segundo en moverse más los milisegundos que tu cerebro haya reemplazado.
Si queréis comprobar lo que digo pero no tenéis un reloj con agujas cerca podéis utilizar este.

Otra demostración de este efecto es ponerse enfrente de un espejo y centrar la mirada en uno de los dos ojos. Rápidamente hay que cambiar la mirada al otro ojo y no serás capaz de ver tus ojos moverse. Sin embargo, sí eres capaz de ver cómo otra persona mueve los suyos.

Lo realmente estremecedor de todo esto es que ocurre todo el tiempo. Mientras observas el mundo de un punto a otro esa pequeña fracción de segundo en la que el globo ocular se está moviendo se pierde y tu cerebro simplemente lo reemplaza con lo que ves inmediatamente después.

Puede parecer una tontería, pues estábamos hablando de milisegundos hace un rato, pero a lo largo de un día se van sumando hasta llegar a casi 40 minutos.
40 minutos de cada día de nuestra vida los perdemos porque nuestros ojos se mueven.

Realmente curioso. Lo que más me fascina es la paradoja temporal que se crea. Volviendo a la línea temporal de antes, a los 20 milisegundos de movimiento sacádico estamos viendo algo que aún no deberíamos estar viendo. Algo para lo que todavía faltan 80 milisegundos para que ocurra. De algún modo, suena como a ver el futuro. Lo malo es que a escala de milisegundos no es muy emocionante.
Y si no es esto entonces significaría algo así como que nuestra conciencia y nuestra existencia no ocurren a la vez, pues al cerebro le da tiempo a modificar la existencia antes de que la veamos.


En otro orden de cosas, si estáis pensando en cambiar vuestra firma, firmad como jefes de verdad: