No me importa hacer más faena de la que debería. Nunca me ha asustado el trabajo duro. Eso mismo representaba la casa Hufflepuff de Hogwarts, aunque esa reflexión siempre pasaba desapercibida.
Aquella gente que no reuniera las condiciones para entrar en otra casa caía a Hufflepuff. Por eso la gente se reía de ellos, eran los tontos que han tenido que meter en algún sitio por no devolverlos a casa.
Pero hay algo que la gente quizás no sepa ver de los Hufflepuff: no tienen miedo al esfuerzo. Y, aunque no parezca cierto, con dedicación un "inútil" Hufflepuff puede lograr mejores resultados en cualquier campo que otra persona más capacitada a ojos del sombrero seleccionador.
Yo me siento un Hufflepuff. Hace años encontré de manera aleatoria (revisa lo que he escrito últimamente para juzgar si fue de verdad casualidad) la frase Aquí, para ser jefe, hay que currar.
Al principio no tenía claro lo que significaba. Creía que era simplemente un mensaje diciendo que hay que estudiar para aprobar. Pero con el tiempo he ido descubriendo que el Aquí del que habla se refiere a la vida misma. La clave para tener éxito, para ser jefe, está en currárselo.
Como un Hufflepuff.
2 comentarios:
¡Oye, que no solo los de Hufflepuff se esfuerzan!
¡No lo dirás por el señor Harry Maestrodelescaqueo Potter!
Saltarse la semana de exámenes finales por estar en la enfermería todos los años me parece echarle mucha cara.
Que si un perro de tres cabezas, un basilisco, mi padrino ex-presidiario al que no había visto en mi vida que se convierte en perro y es buscado por todas partes por bichos que te quitan el alma ha venido al cole a saludarme...
¡Y lo peor de todo es que el demente senil del director se lo consiente todo!
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