Esta entrada pertenece a una serie de entradas que componen un relato que estoy escribiendo. Si tienes interés en leerlo todo desde el principio puedes ir a las etiquetas que hay en la parte derecha y clickar en "Relatos". Ahí tendrás todo en orden inverso, así que tendrás que empezar desde abajo del todo e ir subiendo. Si eres un masoca al que le gusta saber el final antes de empezar la historia o simplemente te divierte mirar letras puedes seguir leyendo bajo tu propia responsabilidad. Gracias.
Todo empezó en un tren.
La noche anterior apenas pude dormir. La angustia de mis pensamientos no me había dejado.
Mi padre había fallecido y eso me dejaba sola en la familia. No quedaba ningún pariente cercano con vida, nadie a quien invitar a comer a casa o a quien contarle mi vida entera. La noche en el tanatorio se hizo eterna.
Esa misma mañana fue el entierro y nada más acabó me dirigí a la estación para volver a casa lo antes posible. No me quedaba más que seguir mi vida como hasta ahora, como si nada hubiera ocurrido. Tenía que evitar pensar en todo eso antes de caer en una depresión. La verdad es que era joven para encontrarme en esa situación.
De pronto, a mitad de trayecto, me entraron ganas de llorar. Llevaba aguantándome todo el rato, pero me era imposible aguantar más. Asomé la cabeza para ver si el baño estaba ocupado y mi mirada se cruzó con la de otro hombre. La aparté rápidamente pero, ¿qué estaba mirando? No había nada en el pasillo. Volví a asomarme y le volví a ver. Estaba en esa posición a propósito. Miraba algo pero no sabría decir el qué. Seguramente era un raro.
Lo pensé detenidamente un rato. Podía ser la solución para desviar mis pensamientos. Realmente cualquier cosa sería mejor que volver a casa y hundirme en la miseria. Volví a echarle un vistazo y seguía haciendo cosas extrañas. Sonreí al darme cuenta de que era capaz de olvidar por un instante mis problemas.
Cuando llegamos a la estación bajé del tren y seguí al hombre de cerca. Tenía un aire bastante distraído, como si pudieras pasar delante de él sin que se diera cuenta. Casi al final del andén se agachó a coger algo del suelo. Era mi oportunidad. Saqué mi móvil e hice como si hablara con alguien. Así, de forma "accidental" choqué con él.
-¡Oh, perdona! No te había visto. Soy Gina Northwood. ¿Cómo te llamas tú?
Todo empezó en un tren.
La noche anterior apenas pude dormir. La angustia de mis pensamientos no me había dejado.
Mi padre había fallecido y eso me dejaba sola en la familia. No quedaba ningún pariente cercano con vida, nadie a quien invitar a comer a casa o a quien contarle mi vida entera. La noche en el tanatorio se hizo eterna.
Esa misma mañana fue el entierro y nada más acabó me dirigí a la estación para volver a casa lo antes posible. No me quedaba más que seguir mi vida como hasta ahora, como si nada hubiera ocurrido. Tenía que evitar pensar en todo eso antes de caer en una depresión. La verdad es que era joven para encontrarme en esa situación.
De pronto, a mitad de trayecto, me entraron ganas de llorar. Llevaba aguantándome todo el rato, pero me era imposible aguantar más. Asomé la cabeza para ver si el baño estaba ocupado y mi mirada se cruzó con la de otro hombre. La aparté rápidamente pero, ¿qué estaba mirando? No había nada en el pasillo. Volví a asomarme y le volví a ver. Estaba en esa posición a propósito. Miraba algo pero no sabría decir el qué. Seguramente era un raro.
Lo pensé detenidamente un rato. Podía ser la solución para desviar mis pensamientos. Realmente cualquier cosa sería mejor que volver a casa y hundirme en la miseria. Volví a echarle un vistazo y seguía haciendo cosas extrañas. Sonreí al darme cuenta de que era capaz de olvidar por un instante mis problemas.
Cuando llegamos a la estación bajé del tren y seguí al hombre de cerca. Tenía un aire bastante distraído, como si pudieras pasar delante de él sin que se diera cuenta. Casi al final del andén se agachó a coger algo del suelo. Era mi oportunidad. Saqué mi móvil e hice como si hablara con alguien. Así, de forma "accidental" choqué con él.
-¡Oh, perdona! No te había visto. Soy Gina Northwood. ¿Cómo te llamas tú?